La falta de legislación y la posibilidad de hacer acciones ilícitas desde cualquier país son dos de las razones principales.
La segunda razón mencionada hace muy difícil el proceso para rastrear la ubicación y la trayectoria de los hechos delictivos cometidos por Internet.
Así lo explica el colombiano Belisario Contreras, gerente del Programa de Seguridad Cibernética en la OEA.
Contreras, consultado por la agencia EFE, aseguró que “se necesita un cambio estructural para entender cómo los estados afrontan los delitos de ciberseguridad”