Si agarras el celular y empiezas a revisar tu cuenta de Instagram o Facebook, ¿los usuarios comparten una representación veraz de ellos mismos?

¿O ves algo distinto? ¿Quizá una colección de momentos que representan una pulida caricatura de cómo nos gustaría que fueran nuestras vidas?

BBC Radio 5 Live habló sobre ese “yo perfecto” de la redes sociales con Jamie Jewitt, quien lleva más de una década trabajando como modelo para marcas internacionales y Nick Knight, un médico especializado en estilos de vida y habitual colaborador de varias revistas.

Y también con Mark Borkowski, un experto en relaciones públicas, autor de The Fame Formula: How Hollywood’s Fixers, Fakers and Star Makers Created the Celebrity Industry (“La fórmula de la fama: cómo los productores, falsificadores y fabricantes de estrellas de Hollywood crearon la industria de las celebridades”).

Estas son sus reflexiones sobre el fenómeno.

  • “Me tomo 200 ‘selfies’ al día”: ¿cuándo se puede hablar de “selfitis”, la obsesión constante por tomarse fotos a uno mismo?

Jamie Jewitt: “Usamos las técnicas de la publicidad para promocionarnos a nosotros mismos”

“Pasé la mayor parte de mi vida profesional, desde los 16 años, en la industria de la moda.

Mi trabajo era ser el punto focal de una imaginería artificial y falsa, cuidadosamente armada para asegurar que los productos que yo lucía se vendían.

Cada imperfección era eliminada y se usaban todos los recursos imaginables para mostrar lo contrario, la perfección, o la idea siempre cambiante que la industria tiene de ella.

¿Pero cómo se volvió tan común algo que antes solo veíamos en anuncios de revistas y en televisión?

¿Cómo nos convertimos todos en esclavos de una versión digital de nosotros mismos, constantemente posando y actualizando y compartiendo nuestro personaje digital, alguien constantemente feliz y con el mejor de los aspectos?

Las imágenes que se generaron de mí a lo largo de mi carrera no fueron ni son una representación exacta de lo que soy, y ahora todos utilizamos las mismas técnicas para promocionarnos entre nosotros.

¿Pero es la publicidad la culpable?

Hablar bien de un producto para que se venda, de eso trata la publicidad.

Y después de que las empresas llevaran años y años haciendo afirmaciones cada vez más audaces sobre los productos para que se vendieran, era casi inevitable que empezaran a usar imágenes falsificadas de gente con la piel, cuerpos y vidas perfectos con ese mismo objetivo, y que, con ello, nos hicieran a los consumidores sentirnos permanentemente inadecuados.

 

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