En cada sílaba del sencillo se refleja la experiencia, la humildad y el cariño del cantante mexicano, cualidades que compartió con Arelys en sus estudios de grabación en el rancho Los tres potrillos, en Guadalajara (México).

“Cuando llegué, me dijeron que él se había ido, pero era una broma. Me emocioné mucho cuando lo vi junto a su asistente, con su sombrerito, un abuelo tierno”, cuenta la reina de la música popular colombiana, como se le conoce a Arelys, sobre los dos encuentros que tuvo con Fernández.

Uno de ellos fue el 31 de agosto y el otro en diciembre de 2015. En esos dos lapsos Arelys pudo compartir algo de su vida con el cantante mexicano.

“Vicente y yo tenemos historias parecidas. Yo vengo desplazada de un pueblo, llegué con la ropa a Medellín, y él también tuvo que luchar para ser un mariachi, en un país lleno de mariachis”, relata.

Son precisamente esas vivencias las que durante 20 años de vida artística han nutrido las producciones discográficas de Arelys y las que le permiten festejarlos.

“Por eso vamos a lanzar en julio mi nuevo disco. Se llama 20 de años de historias, viene con 20 canciones, las grabé en el estudio del maestro Vicente Fernández, con su Mariachi Vargas”, dice la intérprete de No me conviene, Señor prohibido y otras canciones que retumban en bares, cantinas y radios de los cuatro puntos cardinales de Colombia.

Pero ¿cómo llegó esta hija de campesinos que luchó contra la violencia, se ganó la vida vendiendo libros y cortando pelo?

El encuentro entre los dos ‘magos’ de la música popular se dio, según Arelys, luego de una charla con el representante de Vicente. “Se habló con él y como le llegan propuestas de miles de artistas, le mandé la mía a México… Vicente aceptó grabar, pues le gustó mucho mi voz”, recuerda Arelys.

“Nunca esperé que Dios me tuviera este regalo tan impresionante”, agrega la cantante, y explica que conocer a Vicente Fernández era uno de sus grandes sueños.

“Cuando era una niña, en mi pueblo Sabanalarga, no me perdía las películas de él. Cantaba sus canciones; una de las que más me gustaba era la Ley del monte”, narra.

Fuente: elcolombiano.com

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