Tras tocar por más de cuarenta años con Kiss, en diversas partes del mundo, el bajista admite que no durará por mucho tiempo más. “Somos la banda que más duro trabaja en el negocio. Cada noche uso más de 18 kilos de tacos, armaduras y todo eso. Escupo fuego, vuelo por los aires y todo eso. Si Bono o Jagger -a quienes amamos- se tuvieran que vestir como yo y hacer lo que yo hago, no durarían ni una hora”, dijo el bajista, acusando el desgaste físico que implica entregar un concierto lleno de espectacularidad como el de su banda. Toda esa carga Simmons la tiene presente, revelando que el momento de la despedida está cerca: “No seremos capaces de hacerlo en nuestros setenta, y yo ya tengo 67”.
¿Qué pasará cuando deba retirarse? “Lo seguiremos haciendo por unos pocos años más, y cuando pensemos que es momento de irse, lo haremos y lo haremos del modo correcto, con una gran fiesta”, concluyó Simmons, que piensa un adiós a la altura de sus recitales. “Me gustaría pensar que haremos algo que rockeará el planeta entero. Algo grande, mundial, y quizás gratis”.