Químicos y físicos de la universidad de Northwestern combinaron nanopartículas de oro con ADN para crear una fibra que responde a los estímulos del ambiente y logra modificar sus características para camuflarse.

El proyecto ha requerido más de 20 años de trabajo en el Instituto Internacional para Nanotecnología en Northwestern liderado por Chad Mirkin, quien publicó un artículo anunciando “la invención de un método para programar ADN y hacer que construya nanopartículas en materiales macroscópicos”, relata El País de Montevideo.

La fusión genera redes ópticas activas “capaces de doblar la luz que los rodea y lograr así que parezcan invisibles”, explica el diario uruguayo.

 

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