
El pasado 5 de febrero el rey de Bután Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, de 35 años, y su esposa Jetsun Pema Wangchuck, de 25 años, se convirtieron en padres. Tal acontecimiento significó que, un mes después, la población lo celebrase con la plantación de más de 108.000 árboles en todo el país.
Las imágenes que documentan el hecho fueron difundidas en Twitter. En el budismo, doctrina religiosa que profesan los butaneses, los árboles son considerados los proveedores de la vida. Cada árbol plantado representa una oración de la persona para que el príncipe crezca sano y fuerte y sabio como un árbol. El número 108 también se considera sagrado en el budismo.
En las fotografías compartidas en la red social se aprecia a los pobladores de Bután sembrando arboles jóvenes en los campos. Esta fue actividad masiva demuestra el respeto de la población por sus tradiciones ancestrales.
En lo que respecta al recién nacido, su madre utilizó su cuenta en Facebook para presentar a su retoño al mundo. El nombre con el que se le conoce de momento es ‘Gyalsey’, sinónimo budista del título occidental de ‘príncipe’. Significa ‘el victorioso’. Todavía no se ha anunciado su nombre oficial.
Cabe precisar que Bután es muy conocido por ser uno de los países más felices del mundo, y sigue una política de bienestar individual y colectivo que mide la calidad de vida de sus ciudadanos.