Su voz es clara, camina las calles de Puerto Girón con total tranquilidad añorando su juventud. Entre sus recuerdos está el paso al río León, la pesca y el trabajo que hizo durante su paso por Maderas del Darién, donde conoció amigos que ya no están.
Aladín Ramírez, nació en 1910 en Lloró, Chocó, pero en su cédula parece como nacido en Quibdó, porque fue allá en la capital chocoana donde sacó la cédula. Es hijo de Puerto Girón, porque muy joven llegó a este corregimiento de Apartadó a trabajar, hacer su vida con su esposa, con quien tuvo 17 hijos, tres de los partos de su esposa fueron mellos.
Hoy, con el deseo de vivir con alegría cada minuto, comparte con sus amigos más jóvenes en el pueblo cálido y fresco, a la orilla del río que le dio la vida, el León, jugando dominó, porque fue uno de los mejores pegando fichas y metiendo “cabras”, como dicen sus compañeros. Cuando llegan visitas espera un detalle, en especial un trago de aguardiente, porque no pierde su apetito por el licor. Dice que ya no toma casi, porque no tiene plata para comprarlo, pero que donde le den, no deja gota.
Se ríe de sus chistes, en combo, como si fueran pelaos, llenos de vitalidad, porque según él, para vivir bien hay que disfrutar lo que se tiene, ser sincero y respetuoso. La violencia la ha visto de cerca, pero nunca ha tenido un hombre armado a su lado y espera no verlo, porque cree que quien genera violencia es un hombre loco, porque esas cosas no son de agente cuerda.
A los jóvenes les pide que respeten a los mayores, que sean responsables con ellos mismos.
En medio de la charla, se retira con sus compañeros, murmullando de sus dichos y riéndose de lo que habló durante la entrevista que le hicimos en su hermoso Puerto Girón, donde los forasteros nos enamoramos de la tranquilidad, el viento y el paisaje que ofrece el León, los niños bañando y las mujeres lavando en tabla.
Alaín, quiere vivir en Puerto Girón, “hasta que el señor le de vida”, dice.
Por: Wbeymer Lozano
